Hipertiroidismo en gatos: ¿cómo tratarlo eficazmente?

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La hipertiroidismo felino es una enfermedad común en gatos mayores. A veces es difícil de detectar. Aquí te mostramos cómo identificarla.

¿Qué es el hipertiroidismo en gatos?

Al igual que los humanos, los gatos tienen un sistema endocrino. Este sistema incluye la tiroides, ubicada en el cuello. La tiroides secreta hormonas esenciales para el funcionamiento del organismo. Estas hormonas, conocidas como T4 y T3, son cruciales para regular el ritmo cardíaco, la presión arterial y el sistema nervioso del gato. Durante su vida, un gato puede experimentar desequilibrios en la tiroides. Si esta glándula produce demasiadas hormonas, aparece el hipertiroidismo. Esta enfermedad suele manifestarse en gatos a partir de los 10 años.

Síntomas del hipertiroidismo felino

Generalmente, el hipertiroidismo afecta a gatos mayores, es decir, a partir de los 8-10 años. Algunos signos que pueden alertar incluyen cambios en el comportamiento del gato:

  • Bebe más de lo habitual,
  • Orina con mayor frecuencia,
  • Come más de lo normal,
  • Pierde peso a pesar de su apetito,
  • Está inquieto, hiperactivo, su carácter cambia,
  • Hace vocalizaciones, principalmente nocturnas,
  • Tiene problemas digestivos como vómitos o diarrea,
  • El pelaje está en mal estado: seco, opaco, enredado,
  • Se muestra irritable o incluso agresivo,
  • Busca lugares frescos,
  • Presenta pérdida de equilibrio en las patas,
  • Experimenta pérdida de visión,
Para confirmar el diagnóstico, es necesario consultar al veterinario. El veterinario realizará un examen completo y palpará la glándula tiroides en busca de nódulos. Además, llevará a cabo un análisis de sangre para medir las hormonas T4 y T3. Si el nivel de T4 es elevado, el gato será diagnosticado con hipertiroidismo. Según los resultados y la presencia de otras enfermedades, se determinará el tratamiento adecuado.

Tratamiento para el hipertiroidismo en gatos

Existen varios tipos de medicamentos para tratar esta afección: en comprimidos (como Felimazole) o en suspensión líquida, que a algunos gatos les resulta más fácil de ingerir. Este tratamiento debe administrarse diariamente y reduce la producción excesiva de hormonas tiroideas. Es un tratamiento de por vida, con un costo promedio de 50€. Son necesarios controles veterinarios regulares para asegurar que el tratamiento siga siendo efectivo y para detectar posibles enfermedades concomitantes, como problemas renales o hipertensión arterial. No es raro observar enfermedad renal crónica en gatos con hipertiroidismo, especialmente en los más viejos. Por esto, se recomienda una alimentación renal especializada, ya sea en forma de croquetas o comida húmeda, aunque esta última puede ser más costosa.
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